En un mundo cada vez más globalizado, las empresas buscan ampliar su alcance más allá de las fronteras nacionales, lo que ha llevado a un aumento significativo en las relaciones comerciales internacionales. En este contexto, el contrato de distribución internacional emerge como una herramienta fundamental para facilitar la entrada y establecimiento de productos en nuevos mercados. Este tipo de contrato regula la colaboración entre un Suministrador y un Distribuidor, definiendo los términos bajo los cuales los productos serán comercializados, distribuidos y promovidos en un territorio específico.
 
El contrato de distribución no solo establece derechos y obligaciones, sino que también busca mitigar riesgos asociados con la internacionalización, como las diferencias culturales, normativas y de mercado. A lo largo de este formato, se exponen los elementos clave que componen un contrato de distribución internacional, su importancia estratégica para las empresas y los desafíos que pueden surgir en su implementación.